AFRONTAR EL MIEDO

por | May 18, 2025 | ÚLTIMOS POSTS | 0 Comentarios

AFRONTAR EL MIEDO

Si evito lo que temo, aumentará de tamaño en mi mente.
Si afronto la situación, y me atrevo a mirarla, podré controlar el miedo y manejar lo que va surgiendo.
La realidad asusta menos que la imaginación.

El miedo es una emoción que me protege

El miedo es indispensable para la supervivencia.
Me da información del riesgo que tiene una situación y de los recursos de que dispongo.
Conociendo los riesgos, elijo cómo afrontar la situación.
No reacciono en automático. Elijo cómo quiero actuar:
– Puedo dar pasos hacia adelante. Si tengo mucho miedo, daré pasos pequeños para que el miedo no se me desborde. Si tengo los recursos necesarios, avanzaré con tranquilidad.
Puedo detenerme y esperar al momento oportuno.
Puedo dar un paso atrás y recoger nuevos recursos para avanzar con más capacidades.

Sólo necesito atender al miedo y actuar según me conviene: me acerco, me paro o me alejo. Quizás el objetivo no merezca el esfuerzo.

El miedo es preguntón

Me pregunta:
“¿Y si …?
“¿Qué pasa si…?
Nunca son cosas buenas.
Se repite un montón de veces en mi cabeza.
Lo malo es que no suelo responder.
Dejo que baile por mi mente, y al cabo de un rato me doy cuenta de que ha crecido y la situación se ha distorsionado sin darme cuenta.
Lo bueno es que puedo responderme y evitar que crezca.

Igual que cuando estoy viendo una película y hablo con los personajes: “ No hagas eso! Te conviene correr hacia allí!”
O te dices: “Yo haría esto o aquello”.
Cuando contesto a los “Y si…” cada respuesta es un recurso.
Y me ayudará a mantener el miedo controlado.
Decirme: “No se, ya lo veremos mañana, sobre la marcha”, también funciona.
El hecho de poner palabras a la emoción ya ayuda.

De la inseguridad a la seguridad

El miedo suele ir acompañado de inseguridad.
Como cuando aprendí a conducir.
La primera vez que me subí al coche, sentía ilusión y a la vez inseguridad.
No había conducido nunca.
La segunda vez, ya sabía más.
La inseguridad había disminuido y ya sentía un poco de seguridad. Dónde está cada pedal, para que sirve cada interruptor, por lo menos en parado ya estaba más segura y confiada.
Y en las sesiones siguientes la inseguridad se fue convirtiendo en seguridad hasta un cierto punto. Porque conducir requiere un mínimo de alerta que no es como estar relajada en el salón de casa jugando a la Play,

La seguridad la obtengo a través de los conocimientos y la experiencia. Son mis recursos principales.
El miedo y el riesgo se reducen a mínimos.

Marta Vidal, psicóloga en Valencia