La playa no cansa sino que relaja. Y al relajarte te das cuenta del cansancio que llevas encima.
La playa da salud y te ayuda a sacudirte ese ritmo tan rápido con el que vives.
La playa te ayuda a vaciar esa mochila metafórica que vas cargando a la espalda desde que te levantas.
DATE UNAS VACACIONES DIARIAS
Nuestro sistema nervioso autónomo o involuntario, que se ocupa de la frecuencia cardíaca, la digestión y la respiración entre otras funciones, se divide en:
-el sistema simpático, que prepara el cuerpo para situaciones de estrés o emergencia aumentando la frecuencia cardíaca, dilatando los vasos sanguíneos, liberando adrenalina, acelerando la respiración entre otras funciones.
-el sistema parasimpático, que favorece funciones de descanso y digestión, disminuyendo la frecuencia cardíaca y promoviendo la activación del sistema digestivo.
No pueden funcionar los dos simultáneamente.
Es necesario que el sistema simpático, y tú, dejéis de funcionar para que se active el sistema parasimpático y relaje el organismo.
Es decir, necesitamos “parar”, “dejar de hacer”, para poder relajarnos.
Necesitamos andar por la playa, soltar objetivos y la ansiedad, practicar el grounding, el contacto con el suelo, soltar el cortisol y la adrenalina para volver al presente y sentir el cuerpo y el cansancio acumulado que llevemos.
Cada día necesitamos unas “vacaciones”. No esperes a agosto para tenerlas.
Te puedes decir: “Ya es suficiente por hoy”, y montarte un ritual de relajación:
Ponerte música, un baño, el pijama, hacerte la cena, quitarte los zapatos, soltar el teléfono y todas las pantallas si es posible, tumbarte a leer un libro, una llamada a un amigo, ….
Un ritual de “vacaciones”. El trabajo por hoy ya se ha acabado. Lo que temas olvidar, lo dejas por escrito.
DEL CANSANCIO MALO AL CANSANCIO SANO
Mi cansancio puede ser físico, mental o emocional.
Salir a andar o correr, me relaja la mente cansada.
Escuchar una música relajante o mantras, relaja mis emociones.
Tumbarme a leer, o un baño, relaja mi cuerpo cansado.
Busca tus “vacaciones” favoritas cada noche, según te haya ido el día.
Marta Vidal, psicóloga, Valencia