Me preguntan si soy negacionista.
Es una pregunta con trampa:
Si respondes no, estás negando y dando la razón al que pregunta. Y está claro que ya hay 90.0000 muertos más que el año pasado.
Y si respondes si, también les das la razón.
Así que respondo lo que yo opino: “Defiendo el derecho a respirar oxigeno y así tener el sistema inmunológico fuerte. Le dieron el premio Nobel a Otto Warburg por descubrirlo.”
Podemos vivir dirigiéndonos por lo que no queremos, por evitación, y llegaremos a lo que no queremos. Como dice el refrán: “Nunca digas de este agua no beberé”
Podemos vivir dirigiéndonos por lo que queremos, por objetivos, y a la mayoría llegamos si no nos montamos muchos imposibles.
O podemos vivir tratando de que nada cambie. Esta tercera alternativa sería un intento de …¿bloqueo? Sería algo así como: “Más vale malo conocido que bueno por conocer.”
Bueno, tu eliges siempre, si ya eres adulto.
Dicen que la vida es un baile, buscar el centro de uno mismo y desde ahí bailar.
Hay momentos para ir hacia delante y otros en los que sentimos que vamos hacia atrás. También vale. Puede que el riesgo sea demasiado grande. Me permito ser cobarde, prevenir y no arriesgar algo importante para mi.
En cualquier caso, no hay día que sea igual que el anterior.
La vida es cambio, el clima siempre ha cambiado, nosotros cambiamos, nuestras células se renuevan. Y aceptar el cambio es aceptar la vida, y elegir.
No es fácil tomar decisiones.
Puede que nos encontremos con una opción mala y otra buena. Entonces es fácil.
También podemos encontrarnos con dos malas. Ufff, aquí más vale que cojamos la menos mala. Pero si no elegimos, elegirán por nosotros.
Y si hemos de decidir entre dos buenas, no es tan fácil como parece.
Salimos perdiendo cosas en cualquier caso. Ambas opciones nos resultan atractivas.
Elige y deja marchar, reconociendo y valorando también lo que marcha.
Y disfruta lo que tienes.
El pasado ya pasó, el futuro no ha llegado y sólo el presente es real.