SOLUCIONES AL BLOQUEO

Os presento algunos tipos de bloqueos bastante frecuentes y qué podemos hacer para salir de él.

DIRIGIRME POR EVITACIÓN Y NO POR OBJETIVOS.

Cuando me dirijo en la vida evitando lo que no quiero, centro ahí toda mi atención y acabo dándome de narices una y otra vez en lo mismo.

El refrán: “Nunca digas de ese agua no beberé”, tiene mucha razón.

Solución: preguntarme también qué es lo que quiero. De esta manera, evito lo que no quiero y también pongo mi atención en algo que deseo. Y a por ello voy, es mi objetivo.

MANTENER UNA ÚNICA ESTRATEGIA O ACTIVIDAD.

Más de lo mismo me lleva a más de lo mismo.

Solución: Si ante un problema que se me presenta busco un resultado diferente al que estoy obteniendo, necesito hacer algo diferente. Más no siempre es mejor.

MANDARME Y SENTIR RABIA

Este bloqueo es el más habitual. A casi nadie le gusta que le manden cuando es adulto, y menos alguien que no es tu jefe y no te da un sueldo a cambio.

Cuando me mando y me digo “Tengo que hacer esto”, “Hay que hacer…”, “Debo….”, me sucede que o me pongo en modo robot a obedecer, o siento rabia. Entonces voy aplazando, o simplemente me boicoteo y me tumbo a ver una serie, si puedo.

Cuanto más insisto en mandarme, más rabia voy a sentir.

Cuando aumenta mi rabia y no la saco fuera, también empieza mi dolor de cabeza. Me frustro, me bloqueo, y acabo con bastante malestar físico.

Solución: Cuando me mando puedo preguntarme también si quiero hacerlo. Ahí puede estar el conflicto.

-si me mando y quiero hacerlo , no habrá problema, quizás cambiar o poner alguna condición.

-si me mando y no quiero hacerlo, necesito llegar a un acuerdo conmigo misma. No se trata de obedecerme sino de trabajar mente, emoción y cuerpo en equipo.

Hace falta ajustar la demanda, quizás muy exigente, y con mis condiciones físicas de ese momento. Es necesario ceder un poco ambas partes.

Imaginar es muy fácil, llevarlo a cabo requiere un esfuerzo físico.

PONER MI OBJETIVO EN OTRA PERSONA

Quiero que comprenda”, quiero que me entienda”, quiero que vea”, “quiero que aprenda” …y no lo consigo. No está en mi poder hacer eso, sino en el de la otra persona. Lleva a la frustración.

Solución: Puedo centrarme en lo que yo puedo hacer: explicar mejor, encontrar el momento oportuno para hablar, preguntarle y comprobar cómo entiende lo que digo, etc.

Puedo reflexionar hasta dónde llega mi responsabilidad o mi capacidad de hacer algo. Tomar conciencia de mis límites.

PERFECCIONISMO. EL MIEDO A EQUIVOCARME.

El perfeccionismo distorsiona la realidad y me hace ver enorme algún pequeño fallo. Ocupa toda mi mente. Me impide hacer una valoración justa del trabajo.

Me prohíbo también hacer tareas que no queden bonitas desde un primer momento.

Solución: Ampliar mi atención a la totalidad de la tarea, lo que está bien, lo que quiero cambiar, y lo que está regular. Y, quizás, hasta poner una valoración.

Darme permiso para equivocarme. Todo aprendizaje lleva errores al principio que van disminuyendo con la experiencia.

EL MIEDO ME BLOQUEA Y YO NO SOY ASÍ.

El miedo sólo me informa de un riesgo, me ayuda. Puedo reaccionar yendo hacia el riesgo, bloqueándome o retirándome. A veces elijo, otras sólo reacciono en automático.

Yo siempre voy hacia delante, y soy muy atrevida, lanzada, nunca atrás.

Solución: Me permito ser “cobarde”, y dar un paso atrás. Me permito analizar la situación y valorar mis recursos para afrontar ese riesgo. Me permito prevenir las consecuencias de dar ese paso. Y entonces decido qué hago.

INTENTAR NO ES HACER

Intentar es poner energía para hacer algo. Hacer es el paso siguiente, pasar a la acción.

Solución: ¿Realmente quiero hacerlo y lo hago o me quedo fantaseando con la idea? Preguntarme y responderme

Yo me doy generalmente hasta tres intentos y, sino surge, paso a otra cosa.

No siempre depende de mí.

Abrir chat
¡Hola! ¿En qué te puedo ayudar?...
Puedes conectar conmigo a través del WhatsApp