¿Cómo tomar decisiones?
No es fácil porque en un 80% de las veces lo hacemos solo de forma emocional y no funciona. “La emoción tiene razones que la mente no entiende”.
Respiremos y hagamos caso a la emoción, la razón y el cuerpo.
Vamos a ponerlo más fácil:
1. Tendemos a plantearnos sólo dos opciones: “sigo con mi relación o ¿la dejo?”
2. Busca por lo menos tres o cuatro alternativas: “sigo, lo dejo, nos damos un tiempo, nos damos más espacio y casas separadas,…?
3. A veces no es una alternativa drástica lo que necesitamos sino encontrar otra forma de afrontar la situación: “¿aprendemos a dialogar y no entrar en luchas de poder?”
Es conveniente permitirse una “lluvia de ideas”, todo lo que se nos ocurra como opción, lo apuntamos. Aquí valen las ideas más locas. Después de analizarlas escogemos las válidas.
En cualquier caso necesitamos concretar lo más posible las opciones y analizar pros y contras de cada una por separado.
No mezclemos. No vale analizar pros de una y contras de la otra. No sería una comparación justa.
Es el momento de decidir
Puede ocurrir:
- Nos encontramos con claridad que hay una opción que no deseamos y otra que si. Está fácil, esa es. No suele ocurrir.
- Nos encontramos con varias opciones y todas nos gustan. Es difícil. Siempre vamos a salir perdiendo algo.
- Nos encontramos con varias opciones y nos desagradan todas. También podemos elegir: la menos mala será la mejor.