Tokujiiro Namikoshi tenía 7 años cuando se mudó con toda su familia a una isla del norte de Japón.

Su padre tenía una empresa de paraguas que, paradójicamente, quebró un año de demasiadas lluvias. Las capas de papel no se habían podido pegar bien. Así que decidió mudarse y empezar una nueva vida como campesino con su mujer y sus 4 hijos.

La isla del norte era un lugar muy húmedo a diferencia de la isla del sur donde habían estado viviendo. Y de tener una buena casa habían pasado a una cabaña sin calefacción ni agua corriente.

La madre enfermó de artritis reumatoide que iba recorriendo todo su cuerpo.

Para ella el cambio supuso un trauma.

Los animales salvajes no se traumatizan porque, después de un suceso amenazante y bloqueante a nivel físico, son capaces de sacudir todo su cuerpo y recuperar su estado anterior.

Los seres humanos y los animales domésticos no pueden hacerlo.

Cuando nos sucede un hecho amenazante del que no podemos huir o afrontar, el cuerpo se nos tensa y bloquea, y nos disociamos. Es decir, desconectamos de las sensaciones físicas, de nuestro cuerpo, en un intento de evitar el dolor, el recuerdo y el sufrimiento. Y en el cuerpo permanecen las tensiones que no hemos podido soltar.

Una mudanza en las condiciones de la familia Namikoshi, puede ser traumatizante. También la enfermedad o muerte repentina de un hijo, un accidente, una violación. Hay situaciones menores que al ser repetidas también traumatizan, como abusos en el colegio, castigos repetidos, abandono, alcoholismo de un progenitor,…

La mayoría de los traumas se producen en la infancia, cuando somos mas vulnerables y nuestra capacidad de huir de las situaciones no existe muchas veces.

Un mismo suceso no siempre es traumático. Requiere unas condiciones para producir un trauma:

-estar desprevenido y sin los recursos necesarios, vulnerable

-querer huir de la situación y no poder hacerlo

-que haya engaño

-después del suceso no tener a alguien que te acoja y te escuche, te abrace y te calme. Influye mucho en el grado de disociación.

También existen traumas familiares que se van pasando por generaciones, y traumas sociales como guerras, emigraciones, catástrofes o terremotos.

Una pandemia con confinamiento también puede ser un trauma según cómo lo hayas vivido y en que momento de tu vida acontece.

A algunas personas el confinamiento les ha librado de acosos escolares o acoso en el trabajo y les ha ayudado. A otras les ha permitido conocerse y descubrir capacidades que desconocían.

También ha ayudado a reconocer y entender la necesidad de soltar el estrés y la ansiedad que enferma.

Pero a otras les puede haber supuesto un trauma el sentir amenazado el trabajo y la continuidad de la familia y sin poder actuar para evitarlo.

No tenemos el recurso de los animales salvajes de sacudirse el cuerpo, y nos quedamos con el agarrotamiento, descoloque emocional, choque de creencias, salida repentina de nuestra zona de confort,…

El miedo nos agarrota el cuerpo. Es útil y necesario porque nos informa de un posible peligro y de nuestra necesidad de encontrar recursos para afrontarlo. Pero como todas las emociones es necesario que pase.

Tokujiiro Namikoshi y sus hermanos empezaron a hacer masajes a su madre para aliviarla de su enfermedad. Tokujiro era el que conseguía mejores resultados y alivio. En lugar de masajear, presionaba con los pulgares o la palma de la mano. Se quedó encargado de cuidar a su madre y sanó.

Corrió la voz por el pequeño pueblo en el que vivían, y empezó a practicar con los vecinos. Más tarde se fue a la ciudad donde continuó con los estudios y cogiendo fama.

No es una técnica milenaria aunque se apoye también en ella. Todo esto ocurrió a principios del siglo XX.

Namikoshi desarrolló escuela y en este momento el Shiatsu esta reconocido oficialmente por Japón, siendo la única medicina alternativa con aprobación científica.

La importancia de sentir el cuerpo

trauma y shiatsu

He incorporado el shiatsu a alguna terapia con el fín de ayudar a somatizaciones o situaciones con bastante disociación física. Así que al acabar hacemos una toma de conciencia corporal y pregunto por lo que sienten emocionalmente, mentalmente y físicamente.

Algunos dicen “cansado”, si ya es última hora de la tarde. Otros dicen “ligero” si se han deshecho de cargas innecesarias que llevaban. También “felicidad”, “alegría”, “serenidad”, “como si me hubiera fumado un porro”, “”libre”, o “hecha polvo” los que llevaban mucha ansiedad y ahora sienten el cansancio físico que llevaban.

El shiatsu es un protocolo que cada persona vive de forma diferente. Sobretodo las primeras veces. En cualquier caso sale uno del shiatsu más conectado con el cuerpo y con mayor equilibrio emocional, mental y físico.

Vivimos en una sociedad que valora el intelecto sobretodo, no valora el cuerpo ni las emociones. Ahora, aunque sea por imagen o moda, se esta recuperando la gimnasia y el deporte.

Es solo una sensación” es frecuente oír. O lo contrario: “Tengo la sensación de ser mujer, así que es lo que soy” y hacer un mundo de una sensación.

También hay rechazo de emociones básicas como la tristeza, el enfado, el miedo y comunes en todas las culturas. Sólo se acepta la alegría y con condiciones.

Este rechazo de las emociones más infantiles, básicas, desconecta del cuerpo. Perdemos la percepción de la realidad, del presente, la capacidad de graduar hasta donde puedo llegar en el esfuerzo que hago cada día y enfermamos.

El cuerpo es nuestra conexión con el presente y con lo concreto. Nos ayuda a estar sanos encontrando nuestros limites en cada momento y decir si o no cuando conviene.

Toda terapia efectiva lleva a la integridad personal, a través de la aceptación de todo lo que he rechazado o bloqueado de mí y eso incluye la parte física.

El cuerpo, las emociones y la mente están interrelacionados.

Y ninguno es prioritario aunque lo diga algún coach de youtube.

Las experiencias pueden empezar por un suceso, pensamiento, una emoción o una sensación. Según nuestro carácter tenemos más afinidad con uno o con otro.

¿Cómo actúa el shiatsu para poder sanar?

trauma y shiatsu

Tokujiiro Namikoshi, nació en 1905, en un momento en el que la ciencia iba tomando importancia, y ya se planteo esta pregunta. Se dio cuenta de que su madre se había curado al desbloquear las glándulas suprarrenales productoras de cortisol, un antiinflamatorio natural, relacionado con el estrés.

Debido a los bloqueos causados por el trauma o el estrés, hay zonas u órganos con exceso de energía y otras partes del cuerpo que se quedan deficientes y más fríos. La terapia de presión que realizaba con las manos producía equilibrio en todos los niveles.

La terapia shiatsu se puede realizar incluso vestido, porque no se amasa, sino que se presiona. Y se realiza a lo largo de todo el cuerpo desde la coronilla hasta la punta de los dedos de los pies.

Se recorren una serie de lineas que a veces coinciden con los meridianos de la medicina china, y también en las zonas donde confluyen los músculos con los huesos, donde se suele acumular tensión.

Somos todos diferentes y nos bloqueamos de diferentes maneras, así que cada shiatsu es una experiencia diferente según la persona, el día, las emociones o si es por la mañana o la tarde,…

En cualquier caso, se realiza el protocolo de forma que las zonas sobrecargadas y tensas se relajan y la persona siente alivio en esos puntos. Entonces la energía puede seguir circulando hacia las zonas más vacías de energía, como si fuera agua en vasos comunicantes.

El resultado lleva a un equilibrio mental que se refleja en una calma y mayor silencio interno.

Emocionalmente surge tranquilidad, ecuanimidad, serenidad, la emoción se relaja si era excesiva y surge, si estaba bloqueada, en forma de alegría y bienestar emocional.

Físicamente el shiatsu lleva a sentir relajación, más suelto el cuerpo, y a la vez con las pilas cargadas, de forma que tanto puedes ir a dormir como de fiesta.

Se equilibra el sistema nervioso autónomo, formado por el sistema nervioso simpático, que se ocupa de activar, y el sistema nervioso parasimpático que se ocupa de la relajación.

De esta manera el shiatsu activa la capacidad de autocuración del cuerpo humano.

Creo que lo sucedido estos días ha sido para muchos una experiencia surrealista, más propia de una película. Ha hecho surgir incredulidad e incertidumbre y ha provocado muchas emociones, miedos que bloquean, excesos de comidas y grasa, tensiones que se van quedado en el cuerpo. Hacer deporte y sobretodo yoga y taichi nos puede haber ayudado.

Os propongo que cuando podáis salir de este confinamiento hagáis algo que os facilite soltar todas esas tensiones. Puede ser el yoga, taichi, el shiatsu u otras terapias o algún masaje tradicional. También el deporte, la pisicina puede ser efectivo. Todo con el fin de sacudiros el cuerpo de los malos ratos que hayáis pasado.

El shiatsu facilita un estado natural del cuerpo, libre de los bloqueos.

A lo mejor ya lo habías sentido anteriormente o será nuevo para ti si te han acompañado bloqueos desde la infancia.

En cualquier caso, te da acceso a un estado de bienestar y salud natural tuyo, el terapeuta y el shiatsu es solo un mediador.

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