Más allá del romanticismo, qué funciona y qué no

Me voy a centrar en la relación de pareja estable y monógama, lo más frecuente. Otras alternativas como el poliamor, que está de moda, lo dejo para otro momento.

A partir de la adolescencia entramos en un periodo de experimentación. Y a partir de los 30 años, si no lo hemos hecho antes, buscamos una estabilidad en la relación, una sola pareja y formar una familia.

Una: Mi pareja no es mi mundo

No funciona hacer un mundo de la pareja: “Eres mi vida”, “Sin ti me muero”,…suena poético y romántico, y expresa una enorme dependencia emocional.

Cuando uno se enamora parece que no haya nada más que la pareja, pero conviene mantener el resto de nuestra vida: los amigos, la familia, los estudios y el trabajo, y tu autocuidado.

Son apoyos que te ayudarán si cortas con tu pareja. Si no, si pierdes la pareja se derrumbará tu mundo entero.

Lo más sano para los dos: “Estoy bien contigo y también cuando estoy sin ti”.

Respeta tu espacio y el ajeno.

Dos: Quedarse deseando y no vivir la experiencia

Los chicos que me gustan no me hacen caso” y los que quieren estar conmigo no me gustan”. ¿Por qué sigo pensando en mi ex?¿Por qué sigo deseándole?

Esto ocurre en ambos sexos cuando nos apegamos a estar deseando. Confundimos la persona deseada con el deseo.

Cuando sólo quieres desear, una persona te gustará en la distancia.

Cuando esté contigo te aburrirás y buscarás otra pareja para poder desear.

Si realmente quieres a una persona, la echarás de menos en la distancia y cuando puedas estar con ella disfrutarás.

Tres: Enamorarse y amar

Enamorarse es un estado físico, emocional, psíquico, transitorio que dura un año y medio o dos.

Después soltamos las gafas de ver de color de rosa y empezamos a ver los defectos de la pareja, eso que no nos gusta aunque no sean defectos.

No funciona dejar la pareja porque ya no estas enamorado y buscar otra, salvo que quieras pasarte unos cuantos años así.

Si deseas tener una pareja estable necesitas empezar a amar la otra persona con lo que te gusta y no te gusta de ella. Es necesario valorar si la relación en su conjunto vale la pena continuarla.

La pareja perfecta no existe más que en nuestra imaginación.

Cuatro: Disponibilidad y deseo

El exceso de disponibilidad mata el deseo. Es necesario echar de menos al otro. No funciona quedarse esperando a que te llame.

Vive tu vida y organiza citas con tu pareja.

El tiempo de los dos es importante.

Cinco: Proyecto de futuro

Una relación de pareja no funciona si no hay un objetivo de futuro en común. No será estable.

Me vino una pareja, él, agricultor con tierras en su pequeño pueblo y amando su profesión. Ella enfermera especializada sin trabajo en un pueblo tan pequeño. Llevaban 10 años cortando y volviendo. Les era imposible durar mucho juntos porque les llamaba más su profesión.

El objetivo no tiene por qué ser montar una familia. Puede ser también comprarse una casa, un perro, viajar cada año, etc.

Es necesario construir un proyecto de vida entre los dos o ajustar los que llevabais para obtener una relación estable.

Seis: Dos formas de amar, incondicional y condicional

No hay un sólo tipo de amor.

Si das amor paternal o maternal a tu pareja, incondicional, obtendrás un “hijo” o una “hija” en lugar de una pareja. Si buscas una pareja que te haga de padre o madre, te sentirás pequeño. Y como hijo, uno se busca una pareja y se va.

Si quieres tener una relación de pareja estable y sana, el amor ha de ser recíproco, condicional, al 50%. Ambos dan y ambos reciben. Sois iguales.

Nadie está por encima de nadie. Sois compañeros de vida.

Siete: Preferencias

No funciona encontrar una pareja y seguir dando preferencia a la familia de origen.

No funciona idealizar a alguien de tu familia y que tu pareja salga siempre perdiendo en una continua comparación.

Tu pareja y tu familia creada por ti necesita preferencia porque te necesitará.

Puede que sientas culpa al elegir funcionar de una manera diferente a cuando vivías con tu familia de origen.

Respira la culpa, deja que pase y sigue tu camino. Es el camino que funciona.

Ocho: Culturas opuestas

Al buscar una relación fuera de tu familia de origen, estás buscando algo nuevo que vas crear a tu manera, con los valores de tu familia y con los tuyos también.

Muchas veces en esa nueva relación buscas completarte con el otro: uno habla mucho, el otro más callado; uno cariñoso, el otro más bien frio; uno activo y otro pasivo; uno muy social y el otro introvertido; etc

Y puede ocurrir que vengáis de familias con culturas y valores opuestos.

Funciona hasta que llegan los hijos y tenéis que transmitirles unos valores. ¿Cuál de las dos opciones es más válida?¿Y si pensáis que solo uno de los dos puede tener la razón? Pues se va a pique la relación y la familia.

Lo que funciona en estos casos es reconocer que hay muchas formas de ver el mundo y que los dos podéis tener razón. Así que necesitáis hablar de vuestras diferencias y encontrar unos valores nuevos, que reconozcan y recojan todo aquello bueno que funciona, y actualizarlos.

Nueve: Dos relaciones, dos posiciones

No funciona que lleguen los hijos y os convirtáis en padres olvidando vuestra relación de pareja. Aumenta mucho la probabilidad de que busquéis otra pareja fuera.

Funciona diferenciar vuestra relación como padres de vuestra relación como pareja.

Conviene impedir que los problemas de una influyan y destruyan la otra.

Diez: Discutir entre dos

Cuando discutáis por vuestras diferencias de opinión, es mejor no implicar a las familias de origen.

Cuando los metéis por en medio, buscando su apoyo, lo vais a encontrar pero a un precio muy alto. Te apoyarán a ti y se pondrán en contra de tu pareja.

Si quieres luego dar marcha atrás, porque todavía quieres estar con tu pareja, te va a ser muy difícil. Te supondrá ponerte en contra de tu familia de origen.

Mejor que lo resolváis entre vosotros o busquéis un profesional que os eche una mano. El verdadero poder reside en las capacidades.

Once: Reparto justo

Si llegáis al divorcio y tenéis hijos necesitaréis mantener una buena relación por el bien de todos. Para ello lo mejor es repartir las cosas al 50 % aunque no lo hicierais antes.

Al que cede se le exigirá más. Y entrareis en lucha.

Es necesario ir a lo justo que es el 50% en general.

También es conveniente dejar los hijos al margen de vuestra relación sin utilizarles como mediadores.

Doce: Celos

Cuidar a alguien con celo, es poner atención a lo que haces y con quién.

Un poco de celos en la relación de pareja la mantiene viva. Los celos es la emoción primaria que permite reconocery defender tu posición en la relación de pareja mientras exista.

Te recuerda cada día que tienes compañía, la atiendes y la cuidas, por más tiempo que pueda pasar.

Dicen los amantes del poliamor que hay que sentir compersión (está bien escrito, aunque no lo parezca) que es disfrutar de que tu pareja se lo pase bien con otro amante.

Dos razones lo contradicen:

-las emociones sanas son las primarias, no se puede uno obligar a sentir.

-sentir eso pertenece a una relación padres- hijos, no a una relación de compañeros, de iguales.

Funciona mejor una relación con la suficiente dosis de celos como para reconocer la posición de tu pareja y respetar su libertad para estar o no contigo.

Espero que os sirvan estos apuntes para entender un poco más vuestras relaciones.

En este artículo hay gran parte de datos que pertenecen a la terapia sistémica, la que trabaja con sistemas familiares. Está basada en comprobaciones y estadísticas. Y se escribe poco sobre ello.

Aun así, las parejas son un eterno misterio, nunca son dos iguales.

Dejarse sorprender y divertirse con la pareja y compañero de vida son dos factores que aseguran bastante la estabilidad.

Marta Vidal, psicóloga en Valencia

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