Tan importante es empatizar como desempatizar.

¿Has ido alguna vez a ver un amigo que estaba deprimido y te has vuelto a casa con una tristeza que no llevabas antes?
Yo si. Eso es empatizar.

Lo he encontrado definido como:

-Sentimiento de identidad con algo o alguien y compartir sus sentimientos.
-Capacidad de ponerse en el lugar de otro.
-Sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.
-RAE: Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.

Parece de entrada algo muy bonito, quizás por su parecido con la palabra simpatía.
Puede no serlo tanto cuando empatizo con la rabia, la tristeza o el miedo.

EMPATIZAR PUEDE DARME PROBLEMAS

La mayoría de las veces la empatía se produce de forma inconsciente. No me doy cuenta.
Eso puede hacer que me meta en bastantes líos, sobretodo si soy muy empática.

Por ejemplo:

-Cuando se me acerca alguien que está enfadado. Siento el enfado y reacciono de mala manera. Luego no sé ni recuerdo qué fue lo que me enfadó. No era mi enfado.
-Cuando oigo una historia de miedo, de peligro o accidentes, y puedo sentir el miedo que esa persona sintió y que está volviendo a sentir cuando lo cuenta.
-Cuando estoy viendo una película, acompaño a alguien que ha sufrido una pérdida, o estoy con alguien que está de bajón, la tristeza me inunda.

Además de la rabia, el miedo y la tristeza, la cuarta emoción básica es la alegría, pero de esa no nos quejamos. Salvo que sea inoportuna. En ese caso también me sobrará.

EMPATIZAR Y DESEMPATIZAR
APRENDER A DESEMPATIZAR

Saber desempatizar necesita un pequeño entrenamiento.
Alguna vez hemos desempatizado, pero no nos hemos dado cuenta.

Ante todo necesito reconocer que estoy sintiendo una emoción, una sensación o “nervios” y que no me corresponden, no es mía. Me he “empapado” de esa percepción y no me resulta agradable. No tengo necesidad de seguir con ella.

Las emociones han de llegar y pasar, así que puedo sacudírmelas de encima.

Necesito entonces sentir y conectar con lo que sé que es mio con toda seguridad:

Mi respiración es sólo mía: puedo sentir el aire que entra y sale de mi cuerpo…me centra, me tranquiliza. Sobretodo cuando puedo hacer una respiración amplia que me llega hasta el vientre.

Mi cuerpo es sólo mío: los pies en el suelo, mis manos que se cogen, las piernas, la espalda, mi pelo en la cara, …y mi entorno inmediato como la silla en la que me siento, la ropa, las gafas.

Y una vez centrada en mis sensaciones, mis percepciones del exterior más lejano: puedo percibir con la vista, el oído, el olfato, el sabor, lo que hay presente a mi alrededor.

Empatizar no es ponerme en la posición de otra persona sino percibir desde mi propio lugar, para que sea más saludable.

En la empatía hay una identificación con otra persona y su estado de ánimo.

Y muchas dependencias afectivas, como vivir a través de otra persona, proceden de un exceso de empatía.

Hay momentos para empatizar y momentos para desempatizar.

Abrir chat
¡Hola! ¿En qué te puedo ayudar?...
Puedes conectar conmigo a través del WhatsApp