Como ya comente en el primer articulo “Salir del narcisismo”, todos nacemos narcisistas.
Todos los bebes buscan atención, copian e imitan a los que le rodean, son vulnerables y manipulan para obtener esa atención, son victimas de lo que sucede a su alrededor, y son abusones. Les encanta estar en brazos!
Salir del narcisismo implica el desarrollo personal que hayamos tenido en nuestro crecimiento. Puede que hayamos sufrido algún trauma o vivido situaciones que lo hayan bloqueado.
En caso contrario, la evolución natural nos lleva a un estado adulto en el que nos encontramos con toda la plenitud de nuestras facultades.
En nuestra cultura, suele hacer falta una crisis para empezar un cambio importante en la vida.
Permanecemos en lo que llamamos zona de confort que, muy a menudo, es poco confortable.
Pero, bueno, “más vale malo conocido que bueno por conocer” que dice el refrán.
Si los padres no nos han facilitado el desarrollo, nos sentimos víctimas de las circunstancias. Permanecemos en actitudes infantiles cuando ya somos adultos. El camino hacia un adulto capacitado, asertivo, centrado, alegre, con un proyecto de vida, requiere unos padres que nos apoyen.
El victimismo en el bebé es real y está justificado. El niño depende totalmente de ese exterior y de las demás personas para sobrevivir.
El problema surge cuando se perpetúa llegando a la vida adulta.
Supone una dependencia excesiva de los demás.
SUELTA EL VICTIMISMO PARA DAR EL PRIMER PASO.
Para salir del victimismo es necesario que empiece a darme cuenta de que yo puedo hacer algo, o que ya estoy haciendo algo, que provoca lo que después me sucede.
Cuando ya me he hartado, no soporto más algo, tengo ganas de salir corriendo de alguna situación pero no lo hago….ahí comienzo a asumir la dirección de mi vida.
Empiezo por evitar lo que no quiero, para más tarde buscar lo que quiero.
Si siempre me ocurre lo mismo, y a los demás no, será porque algo estoy haciendo yo para que así sea
Quizás puedo hacer algo diferente para obtener un resultado diferente.
Hasta ahora las cosas me ocurrían y no sabía por qué.
Ahora ya empiezo a buscar ayuda terapéutica si la necesito.
Ahora empiezo a descubrir que tengo recursos que desconocía.
Ahora empiezo a reconocerme y a valorarme.
RESPONSABILIDAD, IMPLICACIÓN
Asumir la responsabilidad de lo que hago es reconocer mi utilidad y mi participación en la sociedad.
Me reconozco como miembro de mi comunidad.
Ser responsable de lo que hago es tener capacidad de respuesta ante las situaciones. No soy un mero observador. Las vivo. Y respondo a ellas. Me implico.
Necesito conocer la relación entre lo que me sucede y su posible causa.
¿Qué hice yo o en qué circunstancias me encontraba para que me pasara eso?
También necesito conocer las consecuencias de lo que hago.
¿Es lo que yo quería obtener? ¿Lo obtuve? ¿Qué falta o qué sobra para llegar a ello?
Estoy aceptando el proceso de la vida, y empiezo a ser capaz de dirigirme hacia objetivos, y no solo evitar lo que no quiero.
ANTE LA INCOHERENCIA, UNA ÉTICA NUEVA
Si alguno de mis padres tenía algún grado de narcisismo también tenía incoherencia o conflictos internos. El “bien” o el “mal” eran muy relativos y correspondían a un “me gusta” o “no me gusta” sobretodo.
Toda conducta tiene una intención positiva, pero a veces es excesivamente infantil.
Voy a necesitar preguntarme ¿Qué es importante para mi cuando hago esto?
¿Estoy siendo coherente? ¿Lo que quiero o debo hacer es coherente con lo que siento, o lo que digo?
A menudo tenemos conflictos internos de más o menos gravedad.
Por una parte quiero….pero por otra….
Haz una lista de pros y una lista de contras.
Dos columnas y las comparas.
Tenemos opiniones enfrentadas en nosotros mismos.
Vamos a necesitar conocerlas mejor y ceder para poder llegar a acuerdos conmigo mismo: “De acuerdo, me pongo a estudiar oposiciones pero con un máximo de cuatro horas al día para darme espacio con las demás actividades y poder descansar también.”
La ética adulta dice :
“Busca qué es lo mejor para ti y para las personas implicadas en esto”.
Lo que es mejor según tu opinión.
No tiene por qué gustar a los demás. Sólo que no les perjudique. Y si es posible, que también les beneficie a ellos. Tu decides lo que haces tu.
DE LA AUTOIMPORTANCIA A UNA AUTOESTIMA SANA
Estatus social, dinero, posición y reconocimiento social, admiración de los demás. Todo esto lo necesita un narcisista. Es una forma de seguir llamando la atención de los demás cuando son adultos. Es sobretodo apariencia.
“La mejor versión de mi misma”, “ser mejor que lo que soy”, “superarme”, competir con los demás, está de moda. Pero cuando compito conmigo misma ganaré pero también perderé.
Vivir no conlleva tanto esfuerzo.
La verdadera autoestima es amor por uno mismo. Ser amigo de mi mismo y tratarme como trato a los demás amigos.
Me acepto y valoro tal como soy.
Si soy alta , pues bien , y si soy baja, también.
Es el reconocimiento y aceptación en cada momento de cómo estoy siendo, al margen de cualquier juicio.
En realidad, no soy más ni menos que los demás.
Cuando me conozco yo y mis límites puedo vivir más segura, tranquila. Me es más fácil moverme en la vida.
¿Cómo conocerme? Dejo de rebuscar fallos en mi. Escribo lo que siento, pienso, soy, y luego lo leo como si fuese de un amigo. Sin juzgarme. Sorprende!
SOLTAR LA DEPENDENCIA Y LA MANIPULACIÓN. DARME PERMISOS,
Para asumir la dirección de mi vida, necesito sentir que puedo elegir qué es lo que más me conviene a mi y los que me rodean.
He tenido padres muy autoritarios, y ahora tengo una voz interna que me sigue mandando y me dice: “Tienes que , deberías, hay que, …”, o imperativos que también son mandatos.
Voy a necesitar empezar a darme permisos para hacer lo que antes no hacía.
Por ejemplo: Paro el trabajo y me tomo cinco minutos de descanso, o me pongo una música que no gustaba a mi familia, o me voy de vacaciones yo sola, educo a mis hijos según lo que a mi me parece mejor.
Quizás te has acostumbrado a manipular. Antes era necesario. Pero es más fácil ser directo. Pide lo que necesitas. Y acepta que te digan si o no.
La manipulación sólo es válida cuando todos salen beneficiados. Y se llama dirigir.
Complacer en la infancia era necesario. Instinto de supervivencia. Pero es más fácil ser amable.
Tratar de complacer lleva mucho trabajo y, casi siempre, lleva a la frustración y la rabia.
Por el contrario ser amable es algo que uno siente en el interior.
Ser amable significa ser digno de ser amado. Y comprobaras que los demás te devuelven esa amabilidad.
INTERCAMBIO DE CUIDADOS
Algo muy generalizado en las parejas y las familias es la dependencia de cuidados. Tu me cuidas, yo te cuido.
Es un pacto implícito, no hablado y que cuando no recibo atención a cambio me provoca rabia.
Si creo que ser egoístas es ser malo, y que ser generoso es bueno, me estoy confundiendo.
No se puede generalizar de esa manera. Depende de la situación, las personas, y la cantidad.
Nada es bueno ni malo al 100%.
Preguntate: “¿Quién conoce mejor mis necesidades, los demás o yo?
Si respondes que son los demás, y eres adulto o llevas camino de serlo, espabila. Los demás no van a estar siempre a tu alrededor para cubrirlas. En cambio, tu puedes conocerlas y satisfacerlas más fácilmente
Cuando eres un poco egoísta y te permites cuidarte, estarás siendo generoso con los demás, porque no te cuelgas de ellos.
Hay situaciones excepcionales como una enfermedad.
El camino para salir del narcisismo cuando ya eres adulto, no es el mismo para todos. Empieza por lo que más necesites.
Me he dado cuenta de que este tema daría para un libro. Pero lo mío es más hacer pequeños artículos, e ir eligiendo los temas que más me demandáis en
terapia.
Me gustaría y me conformo con que este escrito, un poco más largo de lo habitual, os diera la confianza de que podéis salir de esa encerrona que da el narcisismo y vivir el resto de vuestra vida con más libertad.
Más vale tarde que nunca.
Marta Vidal, psicóloga en Valencia