TRIANGULO DRAMÁTICO: SALVADOR, VICTIMA Y PERSEGUIDOR.
¿En qué papel te reconoces más?
Es un juego de roles que perjudica las relaciones.
Y aunque nos identifiquemos más con uno de ellos, nos metemos en los tres sin darnos cuenta.
El psicólogo Stephen Karpman fue el primero que describió este trío de actitudes.
SALVADOR: ¿Quién no ha hecho de salvador alguna vez? Es el papel más reconocido socialmente. Le gusta animar a alguien que esté triste, decirle que no pasa nada, que no es para tanto,…con la mejor intención, para que mejore.
Es como cuando alguien se pone a cruzar la calle a una anciana sólo porque esté parada en el borde de la acera.
– Ayuda sin que nadie se lo pida.
– Se sacrifica por los demás.
– Se pone a resolver problemas.
El salvador necesita que le necesiten.
VÍCTIMA: ¿Quién no se ha sentido impotente alguna vez?
– Siente que no puede hacer nada para evitar una situación que le sobrepasa. – No reconoce sus recursos y desea ser escuchada.
– Utiliza la queja habitualmente y busca la atención de los demás.
Necesita ayuda y compasión permanente.
PERSEGUIDOR: ¿Quién no ha querido alguna vez cambiar el mundo, su entorno, corregirlo?
– Observa y juzga.
– Sólo ve una parte de la situación, los puntos débiles y los errores
– Trata de poner las cosas en orden, y para ello acusa, reprocha y castiga.
Necesita que le reconozcan su autoridad.
CÓMO SE PRODUCE EL TRIANGULO DRAMÁTICO
Pasamos de uno a otro rol sin darnos cuenta:
El salvador trata de rescatar a la víctima de su malestar, pero ésta, que no se siente escuchada ni reconocida, se resiste a ser salvada por alguien que no le pregunta qué le pasa. Entonces el salvador frustrado se enfada a su vez con la víctima y pasa a ser perseguidor y reprochar a la víctima no dejarse salvar.
Si se siente impotente, pasa a ser víctima y se queja de sobrecargas.
La víctima a su vez se enfada porque le intentan rescatar sin preguntarle qué le ocurre, sin reconocerle, o por frustración. Y pasa a ser perseguidor.
Y desde el rol de perseguidor ataca al salvador que no le entiende. En fin, un lío.
Dicen que los árboles impiden ver el bosque. Y en este caso es así.
CÓMO SE PUEDE SALIR DEL TRIÁNGULO DRAMÁTICO
El primer paso es siempre reconocer lo que estás haciendo, dónde estás posicionado. Son posiciones reales, no son imaginarias como dicen en algún sitio.
Sucede que pasamos de un papel a otro pensando que hemos salido del malestar y simplemente estamos pasando a otro diferente.
Son tres roles reversibles que funcionan como un triángulo en el que nos podemos mover en ambas direcciones.
Necesitamos des-identificarnos de estas actitudes.
¿Cómo podemos hacerlo y mejorar nuestras relaciones?
SALVADOR:
-Necesitas ser un ayudador empático que se interesa por cómo esta el otro y le reconoce sin aprobación o rechazo.
-Aprende a poner limites y esperar a que te pidan ayuda los demás.
-Renuncia a hacerte cargo de todos los problemas.
-En lugar tratar de resolver el problema, enseña al otro a hacerlo.
VÍCTIMA:
-Necesitas ganar autonomía y trabajar en ti mismo.
-Aprende a pedir ayuda y asumir responsabilidad.
-Toma una actitud activa y busca soluciones.
PERSEGUIDOR:
– Aprende a decir lo que piensas de forma más asertiva, sin herir.
– Renuncia a castigar.
– Trata de resolver los conflictos a través del diálogo y la negociación.
Es posible.